miércoles, 6 de junio de 2012

Estableciendo paralelismos un día....

Me temo que esta entrada va a ser un poco diferente a las demás ya que no hablaré explicitamente de la caspa. Bueno, según como lo vea cada uno a lo mejor sí es caposo. Bien, me hallaba yo hace media hora naufragando por la red, buscando parecidos con Bécquer, Bernini, Delacroix y Courbet y acordome de un viejo amigo mío: 

¡¡¡LUIS II DE BAVIERA!!!





Y diréis, ¿Pero qué tipo de relación tienen todos esos hombres ilustres? Los cuatro anteriores fueron artistas de la pluma, del pincel y del cincel. Y Luis de Baviera... bueno, un rey -eh pero muy amante de las artes y las letras, que conste, que en las paredes de Neuschwanstein hay frescos de los ciclos mitológicos germánicos- pero lo que tienen en común es el pelo, no. No me miréis así. 

¡¡¡PERO ESA NO ES LA CUESTIÓN!!! 

Esta historia con Luis II de Baviera empezó cuando fuí a su castillo. Fin.

Nah, es broma. Lo que realmente pasó es que cuando empecé la universidad el año pasado, en el invierno del 2010 se pusieron de moda entre las chicas, unas botas muy altas que sobrepasaban, o casi, las rodillas. Normalmente esas botas van combinadas con unas mallas y una camiseta larga. ¿Sigo con la explicación o vosotros ya vais pillando el hilo? 

Continúo, estaba yo en el bar de mi facultad con algunos compañeros tomando un cafelillo a -2 grados, cuando una horda de féminas salieron de los diferentes edificios circundantes con ese tipo de botas calzadas. A mí esa imagen me causó tal impacto que sin previo aviso, las musas casposas me inspiraron y dije:
"Chicas que se compran las botas de Luis II de Baviera".

La reacción de mis compañeros fue un estallido de risas, con su consecuente: <<¡HAZ UN GRUPO DE FACEBOOK!>>. 

Y así lo hice. El grupo llegó a tener 10.000 fans, incluso salió en la famosa página Visto en FB:


Pero igual que el trágico final de Luis II de Baviera, mi página conmemorativa a sus botas también. Fue su götterdämmerung.




Finalmente, os enseñaré mi espectaculoso trabajo de investigación de 3 minutos sobre parecidos razonables hechos con el paint siguiendo el denominador común del peinado -sé que lo estabais deseando, por eso lo pongo- :




Al final no he puesto a Luis, no tiene bigote. Fuera, no te queremos.





Vale va, os pongo una foto de Jean Claude van Damme que sale feo, así para seguir en la línea del blog y no descarrilarme en mi fulgurante camino hacia la casposidad suprema:




4 comentarios:

  1. Qué guapo Courbet, ñiqui ñaca con él y adiós a mi tortillería industrial.

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  2. En clase hay uno que es igual que Delacroix/Becquer, mañana te lo enseño.

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  3. Nunca reparé en el gran parecido capilar entre Delacroix y Becquer. Los dos eran románticos, aunque en España el romanticismo fue tardío. Estos no tenían caspa.

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  4. Ellos caminan en la senda opuesta de la casposidad. Pero, ¿que sería de la belleza sin la caspa y viceversa? Se necesita un equilibrio de ambas fuerzas para que tengan una razón de ser.

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